EE.UU... si de registros se trata

Néstor Núñez, Agencia Cubana de Noticias

  En Estados Unidos la afición por los récord y las marcas  deviene religión. Competir y acumular títulos de cualquier índole llena amplios espacios en la vida del poderoso país.

Y no deja de ser cierto que la primera potencia imperial tiene  no pocos registros como para ser tomados en cuenta.

   Acumula en sus arcas, por ejemplo, el mayor número de intervenciones armadas contra naciones del hemisferio; una de las campañas más sangrientas en el desalojo de las comunidades originarias para dar paso al expansionismo capitalista; y la aplicación del bloqueo más largo de la historia contra una pequeña nación vecina.

  También hace gala del monto más alto de armas nucleares en sus arsenales; y hasta del mayor número de vetos en la Organuización de Naciones Unidas en torno a cualquier crítica o sanción contra Israel.

  Y por estos días de crisis generalizada del capitalismo, en que las malas noticias y las peores perspectivas recorren y afectan a todo el llamado Mundo Occidental, Washington no deja atrás esa tendencia de seguir colocando nubosos galardones en sus vitrinas.

  Así, recientes informes desde los propios Estados Unidos aseguran que la tasa de pobreza en el buque insignia del capitalismo mundial se incrementó hasta 14,3 por ciento en 2009, desde el 13,2 por ciento registrado 12 meses antes.

  Esta cifra colocó el porcentaje de estadounidenses que no pueden satisfacer sus necesidades básicas a su nivel más alto desde 1994.

  La Oficina norteamericana del Censo dijo también que 43,6 millones de estadounidenses vivían en la pobreza en 2009, por encima de los 39,8 millones del 2008, “una cifra que pone en evidencia la estela de privaciones que ha producido la crisis financiera.”

  Pero, por si fuera poco, no es el único récord de estos tiempos para el gran imperio.

  En medio de las disputas entre narcotraficantes que han puesto en jaque la seguridad de México, la principal ruta de la droga hacia el mayor mercado de estupefacientes del orbe, se conoció que el consumo de alucinógenos entre los estadounidenses mayores de 12 años de edad ya alcanza los niveles más altos de los últimos siete años.

  Por último, y siempre a partir de las propias fuentes oficiales, resulta inquietante el número cada vez mayor de jóvenes que se drogan con medicamentos legalmente vendidos con recetas médicas, lo cual pone en evidencia la ineficacia de los programas y las acciones represivas encaminadas a intentar frenar semejante azote social.