Blogia
GUAYACANES, DE CUBA

La oncología pediátrica en la mira del bloqueo yanqui

Arailaisy Rosabal García/ Radio Cadena Agramonte

La historia de José Miguel Rodríguez Rondón, un niño de apenas cuatro años que padece una enfermedad maligna de tipo Linfoma No-Hodgkin abdominal estadío III (en una escala de IV), hoy puede ser contada gracias a los esfuerzos que realiza Cuba en materia de salud, a pesar de las absurdas trabas que impone el bloqueo económico de Estados Unidos.

Desde el Centro Territorial de Referencia en Oncología Pediátrica, del hospital infantil Eduardo Agramonte Piña, de la ciudad de Camagüey, llega esta historia de manos del Doctor Juan Carlos Arranz, jefe de ese servicio en dicha institución.

“Cuando José llegó a nuestro centro hace alrededor de cuatro meses, tenía una desnutrición severa –caquexia en términos médicos- y tuvimos que acudir a la alimentación parenteral, un tratamiento que es bastante costoso, además de la quimioterapia y la rehabilitación temprana. Pero por complicaciones de la enfermedad hubo que aplicarle una cirugía, a la cual ha evolucionado bastante bien, y ya está listo para continuar con las terapias”.

En Cuba las personas con padecimientos cancerígenos son atendidas en centros especializados por equipos multidisciplinarios que cumplen con las normas internacionales de protocolo de tratamiento para la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia y la inmunoterapia. De acuerdo con Arranz, la Isla exhibe indicadores de supervivencia y de pacientes curados similares a los del primer mundo.

En la actualidad es de destacar el salto cualitativo de la medicina cubana en el desarrollo de vacunas terapéuticas para el cáncer con resultados satisfactorios, y en uso en varios países de los cinco continentes.

Pero, según el doctor Juan Carlos, esta atención a pacientes con enfermedades malignas en la edad pediátrica, conlleva tratamientos con equipos multidisciplinarios y soportes que requieren recursos financieros altamente costosos, como por ejemplo, el equipamiento para la cirugía de mínimo acceso de tumores cerebrales, el uso de endoprótesis en tumores óseos para evitar la amputación de un miembro, la radioterapia con acelerador lineal y los citostáticos.

Y aunque todos estos recursos, afortunadamente, pueden ser adquiridos -desafiando la monopolización comercial norteamericana-, el recrudecimiento del bloqueo con la aprobación de las leyes Helms Burton y Torricelli, impiden obtenerlos de forma sistemática y planificada, no obstante ser indispensables para continuar elevando la calidad de vida del paciente oncopediatra. Además, esos fármacos o materias primas disponibles en otros mercados, más alejados, implican un importe mayor por el monto de la transportación.

A lo largo de estos años, una de las áreas de la atención médica especializada más afectada ha sido la oncología, vedada incluso, a emplear medicamentos y tecnologías eficientes que únicamente pueden ser compradas en el país norteño.

Según el más reciente informe “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos a Cuba”, otra vez el sector de la salud pública aparece como blanco de las agresiones y violaciones que supone la aplicación de este casi cincuentenario instrumento político.

Entre mayo de 2009 y abril de 2010, el monto económico del bloqueo al sector de la salud pública supera los 15 millones de dólares, a lo cual se suman, las afectaciones psicológicas, el dolor, la desesperación, que supone para los pacientes y sus familias.

0 comentarios