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GUAYACANES, DE CUBA

Gerardo Hernández y las avionetas del 24 de febrero de 1996

 

 

(Tomado de enelfondodelhombre.wordpress.com)

 

Luego de 25 acciones de violación del espacio aéreo nacional en menos de dos años y de múltiples advertencias, dos avionetas pertenecientes a la organización terrorista Hermanos al Rescate, con sede en La Florida, fueron derribadas el 24 de febrero del año 1996 por fuerzas antiaéreas cubanas.

Tres años más tarde de aquel suceso, en mayo de 1999, el Gobierno de Estados Unidos, incluyó a las acusaciones contra Gerardo Hernández Nordelo -uno de los cinco antiterroristas cubanos prisioneros en EE.UU.- el cargo de conspiración para cometer asesinato en primer grado, cuando el día de los sucesos ni siquiera se encontraba en la base aérea, sino en Miami.

Esa acusación le valió a Gerardo una de las dos cadenas perpetuas que pesan sobre él desde el 2001, aunque no existe ninguna prueba conclusiva de que haya tenido relación alguna con el derribo de las naves.

Lo que el Gobierno norteamericano no ha revelado, 17 años después de los hechos y a 14 años de imputarle el cargo de conspiración para cometer asesinato a Hernández Nordelo, son las imágenes satelitales que probarían definitivamente si en verdad las avionetas cayeron en aguas internacionales -como afirman ellos- o en territorio cubano, como informan autoridades del archipiélago.

Ni siquiera se las mostraron a los investigadores de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), lo que consta en un informe técnico emitido por esa organización hace 16 años; tampoco ante el tribunal de Miami que juzgó a Gerardo, y volvieron a negarlas ante su apelación.

Legalmente, Gerardo tenía el derecho a un juicio aparte, sólo por el Cargo Tres, en el que hubiera podido demostrar su inocencia, tal y como explicó en la Declaración Jurada o affidavit, presentada en el 2011 y en la cual relaciona hechos concretos que así lo corroboran.

En más de una ocasión, Ricardo Alarcón de Quesada, quien desde el Parlamento cubano ha defendido enérgicamente la causa de Los Cinco, denunció que hasta el propio Gobierno de Estados Unidos, en aquel entonces presidido por George W. Bush, reconoció que carecía de pruebas para sostener su acusación contra el antiterrorista cubano y pidió retirarla a última hora, lo cual hizo en mayo de 2011 a través de un documento oficial titulado “Petición de Emergencia”, acción si precedentes en el norteño país.

No obstante, sigue el silencio y las pruebas continúan sin mostrarse a la opinión pública. Tanto mutismo no puede tener otra causa: evidentemente existe algo que ocultar.

Por si fuera, poco los aqueja también la “mala memoria”, pues tampoco “recuerdan” que Cuba advirtió varias veces a Estados Unidos, a través de un intercambio con el Almirante Carroll, de la Marina estadounidense, que no toleraría otro allanamiento de su espacio aéreo y de ello fue alertado José Basulto, líder de “Hermanos al Rescate. Por tanto, no fue tan casual que dijera antes de partir el 24 de febrero de 1996 que ese día necesitarían suerte y de que, ante la primera avioneta derribada, corriera a salvar su pellejo.

¿Cómo hubieran reaccionado ellos si alguna aeronave cubana hubiera entrado sin autorización a su espacio, específicamente en La Florida?

La respuesta podemos imaginarla.

Es esta, sin dudas, una enredada madeja que ha tejido el sistema judicial norteamericano para descargar toda su rabia sobre Gerardo Hernández, específicamente.

No queda otra alternativa que continuar denunciando tamaña vileza, y mantener las acciones para sumar más voces y corazones al reclamo de libertad inmediata.

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