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GUAYACANES, DE CUBA

El delegado Martí en la Asamblea Nacional de Cuba Libre


Cuando José Martí emigrante, lleno de juventud, amor, poesía, pensamientos y acciones libertarias unió las voluntades de los  veteranos mambises de las Guerra del 68 en Cuba, había ganado su primera gran batalla: la continuidad histórica de los Pinos Nuevos, además, de estar decidido y convencido de luchar con las armas en las manos hasta la muerte por la independencia de su querida Isla.

Antes, con los buenos patriotas del exilio, creó el Partido Revolucionario Cubano y organizó, dentro y fuera de las fronteras de la Patria, el inicio de la Guerra del 95, a la cual denominó: la Guerra Necesaria, ¿Por qué?

Porque la situación económica, política y social de la Cuba colonizada por la Metrópolis española era un caos: los verdaderos hijos de la Isla padecían de hambruna, mientras el dinero de los presupuesto se malversaban, subían cada vez más alto los impuestos españoles, y los Estados Unidos, acechaban el momento de la “fruta madura” premeditada.

En lo político, los gobiernos tiránicos y militaristas castraban los derechos de los criollos, vedados de ocupar cargos gubernamentales y comienzan la aparición de partidos políticos contrarios a la independencia, en tanto España arremete con rabia represiva contra sus “colonizados” porque se había gastado casi la última peseta y no llegaba la calma.

Martí lo sabe, se apresura y lima las asperezas para con la unidad de todos los cubanos y por el bien de todos, libertar a la Patria amada. Pero, advierte el Delegado que el Partido Revolucionario Cubano no se había fundado con aspiraciones politiqueras, sino para aglutinar, organizar y dirigir la guerra de independencia y los destinos de la Cuba libre.

Sin embargo, ante la caída del líder aglutinador aquel 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos y de la muerte en combate de Antonio Maceo, el desánimo de los restantes jefes del Ejército libertador, fueron bien aprovechados por los Estados Unidos para dividir e intervenir con sus marines en la Guerra Hispano-Cubana, a la cual, descaradamente, le pusieron el sello USA de la neocolonia.

Y tanta era la afrenta al apóstol por los gobiernos impuestos por los nuevos colonizadores del Siglo XX en Cuba, que el estudiante de derecho Fidel Castro, con los jóvenes del Centenario, precisamente cuando José Martí en ese año 1953 cumplía cien años, asaltó la fortaleza del cuartel Moncada; viajó en el yate Granma, bajó triunfante de la Sierra Maestra para que jamás muriera el maestro.

El próximo domingo 24 de Febrero, cuando se conmemora el aniversario 118 del estallido de la Guerra Necesaria y el 160 del Natalicio de José Martí, la Asamblea Nacional quedará constituida con 612 diputados de toda la Isla para comenzar la Octava Legislatura.

Esa unidad de cubanos de diferentes segmentos de la sociedad socialista, en nombre del pueblo cubano, elegirá el ejecutivo del Parlamento Nacional, y el máximo órgano del Estado, posteriormente, votará por quienes encabezarán la máxima dirección de la Revolución, fenómeno de continuidad histórica cuya génesis fue la formación del Partido Revolucionario Cubano fundado por el Delegado Martí, vivo y vigente en cada escaño del Poder Popular.

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