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GUAYACANES, DE CUBA

¿Realmente hay poca comida para el ganado?

¿Realmente hay poca comida para el ganado?

Por Lucilo Tejera Díaz

   La principal limitante para el desarrollo ganadero en Cuba con vistas a incrementar las producciones de carne y leche consiste, según el criterio de muchos, en la insuficiente alimentación de los animales, en especial en época seca, cuando son pocas las lluvias y disminuye el pasto.

   En realidad no es la única razón. Influyen de manera decisiva los bajos resultados en la reproducción. Pero si los vacunos no tienen la comida para su sostenimiento y avance corporal, indefectiblemente el estado de salud y el potencial productivo se ven mermados.

   La ganadería bovina es de las más adaptables, muy por encima de la porcina y la avícola, las cuales son dependientes de alimentos concentrados.

   Los rumiantes se pueden alimentar y desarrollar con pastos adecuadamente manejados, y forrajes. Quiere decir, algo barato y más saludable.

   De noviembre a abril, cuando disminuyen las lluvias y las hierbas de ciclo anual y los pastos en general, ocurre la reducción de estos alimentos naturales y se suplen con forrajes; en el caso de Cuba los más utilizados son la caña de azúcar y el King grass, triturados y enriquecidos con ingredientes proteicos y propiciadores de la disgestibilidad.

   Hasta la década de los años 80 del pasado siglo, una buena parte de la comida de los vacunos en ese periodo se preparaba en ensilaje y constituía la base alimentaria para la época de seca.

   Por razones económicas, de limitantes de recursos materiales y financieros -y no debe dejar de mencionarse también por ineficiencia- aquella práctica tan provechosa se perdió cuando finalizó el comercio con el desaparecido campo socialista y se terminó, por esa vía, el suministro de piensos.

   La realidad, desde hace más de 20 años, plantea que el desarrollo de la ganadería vacuna para las condiciones del país no puede sustentarse en importar concentrados o materias primas para elaborarlos. Debido  al  bloqueo estadounidense deben traerse desde lugares distantes, lo cual encarece el flete y, además, resultan más costosos en el mercado.

   Sin embargo, cabría preguntarse: ¿Por qué muchos ganaderos dicen que no existe suficiente comida para los vacunos?

   Cuba se esfuerza por abastecer, en la medida de las posibilidades, sistemas de irrigación y cercas -de alambre con púas o eléctricas- para brindarle a los ganaderos medios para explotar y dividir en cuartones, correctamente, los pastizales, a fin de que los animales roten según las condiciones del terreno.

   Otra realidad que priva al país de hacer avanzar su potencial ganadero es la altísima infestación de marabú en los campos, la cual le ha robado superficies a los pastos y plantíos forrajeros.

   Si se contara con las extensiones necesarias, bien sembradas y atendidas, los vacunos tendrían suficiente comida, aparte de la que se les pudiera suministrar de residuos agrícolas o industriales debidamente tratados, y retornar al beneficioso y barato ensilaje.

   No hay que darle más vuelta al asunto: el dinero invertido para el pienso importado, podría destinarse a otros fines ventajosos para la nación.

   La solución está en Cuba,  con bastante tierra para una ganadería sólida, segura, muy productiva en carne y leche, y en permanente desarrollo.

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