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GUAYACANES, DE CUBA

El persistente clamor de Salvador Allende

El persistente clamor de Salvador Allende

Pausides Cabrera Balbi (Agencia Cubana de Noticias)

   A cuatro décadas de la asonada golpista en Chile, encabezada por Augusto Pinochet (1915-2006), crecen las controversias y dudas acerca de las circunstancias que rodearon la muerte del entonces presidente constitucional, Salvador Guillermo Allende  Gossens (1908-1973), trigésimo tercer mandatario chileno.

   Salvador Allende: Mi carne es bronce para la historia (1973-2013), la verdad de su muerte, libro de la periodista Maura Brescia Clerici, recientemente publicado por la editorial Momentum, recoge testimonios y observaciones técnicas sobre las condiciones en que falleció el mandatario en el Palacio de La Moneda, aquel fatídico 11 de septiembre de 1973.

   Los primeros testimonios sobre la muerte de Allende, emitidos por la Junta Militar golpista, certificaban el suicidio. Pero tales versiones fueron rotundamente cuestionadas y negadas por familiares y sus seguidores, pues en más de una oportunidad él había manifestado: “Yo cumpliré mi mandato. Tendrán que acribillarme a balazos para que deje de actuar”…

   Así, a lo largo de décadas, proliferaron tesis sobre el probable asesinato, homicidio o “suicidio asistido” del líder de la Unidad Popular chilena, hasta que el 23 de mayo de 2011 fue reabierto el caso con el fin de determinar: "(…) la manera de la muerte o las circunstancias que rodearon a la misma".

   Para el 19 de julio del propio año fueron entregados los resultados de los estudios de la exhumación, los cuales confirman la teoría del suicidio del presidente Salvador Allende durante el bombardeo y ocupación militar del Palacio de la Moneda.

   En su libro, Maura Brescia logra poner en duda la tesis del suicidio de Allende, y revela numerosas versiones y declaraciones contradictorias como sospechas políticas sobre presuntos testigos que jamás abandonaron el país; mientras, otros fueron forzados al exilio o pasaron a integrar el dossier de desaparecidos por los militares golpistas.

   Para la escritora, las distintas exhumaciones de Salvador Allende, plagadas de irregularidades, como las cometidas en la investigación sobre la muerte del poeta Pablo Neruda, levantan mucho más que sospechas acerca de la seriedad y veracidad de procesos considerados como secretos de Estado.

   A 40 años de los trágicos episodios ocurridos en Chile, la última alocución de Salvador Allende, emitida en medio de explosiones y disparos, repercute persistente en oídos de buena parte del pueblo que amó, y hoy intenta abrir alamedas para marchar en cuadro cerrado con Latinoamérica.

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