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GUAYACANES, DE CUBA

Una lucha de hombres contra aviones, tanques y artillería

Martín Corona Jerez (Agencia Cubana de Noticias -ACN-)

 

   El poblado de Guisa, en la oriental provincia de Granma, puede considerarse una de las puertas de entrada y salida a la Sierra Maestra, la cadena montañosa más alta y famosa de Cuba, o a la llanura del río Cauto, el más extenso del país.

   Disquisiciones aparte, este pedazo de Patria se recordará siempre porque, del 20 y al 30 de noviembre de 1958, sus lomas, arroyos, pequeñas planicies, sembradíos, cuevas, calles, jardines y otros rincones abrigaron una de las principales victorias del Ejército Rebelde.

   Fueron 11 días de combate, a 12 kilómetros del Puesto de Mando de la Zona de Operaciones, ubicado en las afueras de la ciudad de Bayamo, y que estaba entre los mejor dotados de la tiranía proyanqui de Fulgencio Batista, porque era el encargado de combatir al Primer Frente de los “barbudos”.

   Antes de la acción, unos 200 combatientes de la Columna Uno José Martí se apostaron en los accesos del caserío, dispuestos a aniquilar, en primer término, los refuerzos enviados por la jefatura enemiga.

   La fuerza insurgente incluía una escuadra de mujeres, dos pelotones de la Columna Tres y unos mil soldados de reciente incorporación, estos últimos listos para entrar en acción según se fueran capturando armas.

  En la jornada inicial de lucha, los atacantes destrozaron a una patrulla, derribaron una avioneta y rechazaron el primer refuerzo enemigo, tras causarle numerosas bajas.

    Los combates decisivos comenzarían el  26, cuando un batallón de infantería, reforzado por dos blindados ligeros, trató nuevamente de abrirse paso en la carretera

Bayamo-Guisa, pero quedó detenido cerca del poblado.

   Se acercaron, el 27, otros dos batallones, tres tanques Sherman y una batería de obuses de 81 milímetros; combatieron casi toda la jornada, y al retirarse los atacó, cerca de la Carretera Central, un pelotón de "barbudos" que les arrebató tres camiones cargados de armas.

  En esa fecha murió el capitán Braulio Coroneaux, el combatiente más destacado en la batalla de Guisa y póstumamente ascendido a Comandante.

  Cuatro batallones avanzaron por tres direcciones, y fueron detenidos, el día 29; pero más de 300 hombres llegaron a su

objetivo el 30, y empezaron a evacuar a la tropa cercada.

  Finalmente, las bajas rebeldes fueron 15, incluidas ocho mortales; mientras el contrario tuvo más de 200 muertos y heridos, además de perder un tanque, centenares de armas, 14 camiones, 200 mochilas y 55 mil balas.

  En el parte de la batalla, se destacó el heroísmo de los oficiales rebeldes Braulio Coroneaux, Reynaldo Mora, Rafael Verdecia, Ignacio Pérez, Calixto García, Orlando Rodríguez Puerta, Alcibiades Bermúdez, Gonzalo Camejo y Aeropagito Montero, entre otros.

  Guisa representó el último triunfo militar de Fidel Castro y los combatientes del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra; el comienzo de los combates finales en la llanura oriental, con la mirada puesta en Santiago de Cuba, y la antesala del triunfo de la Revolución Cubana.

   Tras dirigir aquella hazaña, el líder histórico de la Revolución Cubana escribiría: “Fue una lucha de hombres contra aviones, tanques y artillería. El más destacado oficial rebelde fue el capitán Braulio Coroneaux, veterano de numerosas acciones que murió gloriosamente defendiendo su posición en la carretera de Guisa, por donde no pudieron pasar los tanques enemigos.”

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