Las esponjas, larga historia de utilidad

Luz María Martínez Zelada (Agencia Cubana de Noticias -ACN-)

 

Santa Clara,  30 nov (AIN) Las esponjas, animales marinos de masa porosa y plástica, tienen una larga historia de utilidad junto al hombre y se incluyen en la fauna que habita en las aguas cercanas a Cuba, lo que las convierte en importante rubro exportable.

  Los principales sitios dedicados a la extracción del celentéreo en la Isla se ubican en Batabanó, por el sur y Caibarién, en el norte, con abundante presencia, de alta calidad, en la plataforma insular.

  Hasta la segunda mitad del siglo XVIII se desconocía si estos moradores de las aguas, pertenecían a la flora o la fauna, con una presencia de cerca de 570 millones de años.

  El empleo de esponjas se remonta a épocas lejanas y de ello dan fe escritos del filósofo griego Aristóteles, cuando se usaban en aseo personal, para acolchar cascos y armaduras de guerra.

  En el orbe existen unas cinco mil especies, algunas de agua dulce, pero sobre todo marinas de zonas tropicales.

  Por sus condiciones naturales, las más apreciadas para el comercio se hallan en los mares Mediterráneo, Rojo y Atlántico, en Las Antillas, Caribe y costas de México.

  No obstante los intentos por suplantar los celentéreos con productos sintéticos, la masa porosa natural se mantiene en la preferencia para usos que van desde el tocador, litografías, curtido de pieles y aseo hasta la cirugía.

  Viven fijos al sustrato, con un tamaño que oscila desde pocos milímetros hasta más de 200 centímetros, a unos tres o cuatro metros bajo el nivel de las aguas, aunque existen especies que viven a más de 100.

  Las técnicas de extracción son el buceo o con el auxilio de un garabato, instrumento terminado en gancho, después de recolectados, se deja descomponer el tejido vivo, pasan al lavado del esqueleto y posterior selección por calidad.

  Resulta uno de los fósiles más antiguos de la fauna y difícilmente se extingan por sobreexplotación, ya que se cortan y queda un tallo capaz de regenerar otro ejemplar.

  La capacidad de supervivencia se ve amenazada por métodos de pesca con arrastre, por lo cual proteger a esos animales es un deber de las presentes generaciones para que continúe su larga historia al servicio del  hombre.