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GUAYACANES, DE CUBA

Nuevo gesto de altruismo de cubanos que combaten ébola en Sierra Leona

(Tomado de Cubadebate)



La Habana,  En medio de la intensa labor contra el ébola de la Brigada Médica en Sierra Leona, un nuevo gesto de nobleza y solidaridad salió a la luz. La tragedia personal vivida por el nativo chofer de la tropa de salud cubana encontró rápida respuesta entre sus compañeros.

Un correo del Dr. Enmanuel Vigil Fonseca amplía los detalles de lo ocurrido:

“Resulta que el señor Zanuchi, chofer nuestro aquí, un hombre de unos cincuenta y tantos años, tiene a toda su familia en la ciudad de Bo, donde las posibilidades de conseguir un trabajo son escasas o ninguna. Por eso él radicaba ya en Freetown, la capital, donde consigue este trabajo, como chofer, y así y todo tiene que estar con nosotros en Port Loko (el poblado donde trabajamos una parte de los integrantes de la Brigada Médica Cubana), el tiempo de nuestra estancia, eso sin ir ni a Freetown ni a Bo.

“Le avisaron el sábado pasado en la tarde del siniestro en su casa, y enseguida nuestro jefe acá, le autorizó la partida, quedando claro que tenía que darle mantenimiento además al autobús, y regresar el día martes; como bien hizo todo.

“A su llegada nos contó de cómo lo había perdido todo y solo había quedado con la ropa que tenía puesta; lo hacía con voz entrecortada y miraba al horizonte disimulando las lágrimas por su pérdida.

“Desde ese mismo día nos pusimos en función de cómo ayudarle, recogimos dinero, ropa, medias, zapatos, abrigos, camisas, pullover, una bolsa llena de aseo personal, jabones, perfumes, desodorantes, cremas, champú entre otras cosas…

“No sé cómo describir la gran sorpresa que tuvo ayer al mediodía; las fotos lo dicen. Pero al menos este que le habla sintió una vez más correr por sus venas la buena educación y valores que la Revolución sembró en mí.

“Gracias”.

Dr. Enmanuel Vigil Fonseca (Pichy)
Miembro de la Brigada Médica Cubana en Sierra Leona.

La misiva electrónica de Pichy cerraba con una frase: “Que la dureza de estos tiempos, no nos haga perder la ternura…” Poco que añadirle a esta historia. Los corazones de estos hombres no se pueden medir con dinero. Su altruismo campea en los duros tiempos del ébola.

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